El suri es un animal, el más guapo para aguantar. Cuando no hay agua, anda meses sin tomar”. Don Sixto Palavecino, en su chacarera Corazón montaraz menciona al suri, también llamado ñandú y también “avestruz americano”.
Al llegar los españoles a nuestro continente, al que después llamaron América, encontraron que la flora y la fauna tenían algunas similitudes con lo conocido por ellos, y también grandes diferencias. Así es como conocieron la papa, el tomate, el cacao, el maíz, la quínoa, la guayaba, el maní, y muchas otras plantas más. El algarrobo americano es una de las plantas que hallaron similares a otras especies conocidas por ellos. Allá había un árbol llamado algarrobo, y al encontrar aquí un árbol muy parecido, también lo llamaron algarrobo.
También encontraron animales totalmente desconocidos para ellos, como el tapir, los picaflores, el cóndor, la llama, la alpaca, el guanaco, la vicuña, el oso hormiguero, las distintas especies de armadillos, que aquí llamamos quirquinchos, mulitas, pichis, etc.
Cuando vieron al suri, lo encontraron ligeramente parecido al avestruz, que conocían de África. Tanto el avestruz como el ñandú son aves corredoras, que no pueden volar pero sí correr a gran velocidad, capaces de dar picotazos o patadas en caso de ser atacados; uno y el otro tienen grandes plumas, también su cogote y cabeza son muy similares. El avestruz es el ave más grande del mundo, mientras que el suri es el ave más grande del continente americano.
El avestruz puede llegar a medir tres metros de altura, y puede pesar 180 kilogramos. El ñandú puede alcanzar una altura de un metro con ochenta centímetros y pesar hasta 35 kilogramos.
El suri, llamado también ñandú en algunos lugares de nuestro país, choique en la Patagonia, ema en Brasil, es la versión americana del avestruz. Esta gran ave de nuestro continente es natural de Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia, Chile y Argentina. En nuestro país, se la puede encontrar en estado de libertad en algunos lugares de Formosa, el Chaco, Corrientes y provincias patagónicas; también puede haber en la provincia de La Pampa, provincia de Buenos Aires, y no hay certezas de otros lugares.
En la provincia de Santiago del Estero hubo suris en su ambiente natural hasta hace pocas décadas. La expansión de las zonas urbanas y de los campos labrados hizo prácticamente desaparecer al suri en estado natural, salvaje. Algunos fueron adoptados para vivir en estado semi doméstico, cuando la gente de los campos no atacó a estas maravillosas aves y ellas pudieron seguir viviendo en el mismo lugar, ahora con límites marcados por alambrados.
Los suris son gregarios, viven en grupos que por esta época están formados por varias hembras acompañando a un macho, y también por grupos de machos que no lograron armar su harén. Forman una nidada con muchos huevos que son empollados por un macho que defiende el nido contra la invasión de cualquier ser, incluso otros suris. En su momento, eclosionan los huevos y nacen los polluelos, que ya son caminadores y se comunican con silbidos.
El suri es un animal muy guapo para aguantar cualquier adversidad, pero no podría aguantar que continúe la matanza que casi diezmó a la especie por nuestros pagos. Ya estamos en tiempos de parar con la matanza de animales silvestres y desaparición de los ambientes naturales.
Procuremos vivir hermanados con los seres vivos, tomando de la naturaleza solamente lo imprescindible para vivir. Ya es tiempo.
16 de Septiembre de 2025.