Nacido el 18 de febrero de 1919, falleció recientemente, a la edad de ochenta. Era músico, compositor, periodista y médico oftalmólogo. Lagos padecía desde 2004 el Mal de Parkinson, dolencia que lo privó de salir de su casa en los últimos 5 años, pero que nunca le robó su entrañable buen humor, con el que recibía a viejos amigos, discípulos y visitantes.
Formado desde niño en el piano clásico a instancias de su maestro Juan Carlos Paz, al que definió alguna vez como un gran vanguardista, fue su encuentro con los hermanos Ábalos el que llevó a dedicarse al folklore, ya que estaba fascinado por este universo autóctono.
Música para la que propuso la improvisación y en la que trabajó nuevas formas armónicas, que darían surgimiento a lo que él mismo llamó proyección folclórica, y que propone una constante relectura y recreación de los ritmos locales. Era en si mismo un innovador, dentro de su profesión y dentro de la cultura argentina.
De hecho, la proyección folclórica nació de las reuniones que realizaba en su casa y a las que asistían músicos de la talla de Astor Piazzolla, Oscar Alem, Cuchi Leguizamón, Domingo Cura, Hugo Díaz y Oscar Cardozo Ocampo, en las que improvisaban y trabajan libremente las líneas armónicas del folklore, acaso solamente para divertirse, como dijo alguna vez.
Lagos llegó a desarrollar nuevos aspectos en el campo armónico que se utilizan actualmente; propició la apertura a la improvisación sin dejar de lado las formas ni perder la esencia ni el sabor de la música folklórica, es decir que ,a pesar de innovar constantemente, nunca olvidaba la esencia del folklore, las propias raíces del mismo.
"Sabemos perfectamente que no estamos haciendo folclore, pues el folclore ya está hecho y, a lo sumo, podremos hurgar en su esencia y en sus raíces para proyectarlo hacia hoy", escribió en 1969 a propósito de la salida de Así nos gusta, disco que grabó con Astor Piazzolla, Hugo Díaz, Antonio Agri, Domingo Cura, Oscar Cardozo Ocampo y Oscar Alem, entre tantos otros.
Lagos animaba en su casa reuniones en las que diálogo se producía a menudo a través de las notas musicales. Orientados por su espíritu inquieto y vanguardista, encontraban en las armonías del folklore un espacio de libertad apto para la improvisación.
Por su similitud con la jam sessions del jazz, el armonicista Hugo Díaz las bautizó como folkloreishons.
En 1997 publica "Tono y Dominante", con Cura, Oscar Cardozo Ocampo y Enrique Roizner, en 1985 "Pianisssimo", ejecutado a cuatro manos con Oscar Alem y reeditado el año pasado, y "Dialecto" y "Spicy", en 1991 y 1998 respectivamente, ambos con Jorge González y Pocho Lapouble.
La oncena, la chacarera de avanzada que escribió en 1956 y más tarde registró Mercedes Sosa, lleva por título una referencia al acorde principal del tema.
Junto con La bacha y Cuando los gauchos vienen marchando que según la definición que había tomado prestada de Waldo de los Ríos, se las podía escuchar como piezas de "música argentina contemporánea".
Al mismo tiempo, el reconocimiento como artista y como persona que aportó desde sus disciplinas a la cultura argentina, quedan reflejadas con la obtención del Premio Konex en 1995 y en el año 2005.
Lagos también, fue un prestigioso crítico musical; trabajó para el diario "La Prensa" y las revistas "Gente" y "Atlántida", además de desempeñarse como director artístico en radio “El Mundo” y en radio “Belgrano” entre 1969 y 1972 y en “Radio Municipal” y “Radio Nacional” entre 1983 y 1988.
Una manera con la cuál podemos recordarlo es como él mismo dijo alguna vez en una entrevista: “Soy ambicioso: quiero que me recuerden como un buen tipo, y como alguien que quiso, y supo, divertirse.”