Poeta autóctono y humilde. Servidor de la gente y de su gente. Autor de literatura y semblanzas. Icono patagónico y argentino. Estas y muchas frases mas pueden definir lo que fue y es Marcelo Berbel.
Su historia, plagada de anécdotas y memorias, no es fácil condensar. Habra que remontarse allá, en abril de 1925, donde su vida empezaba en su Plaza Huincul natal. Hijo de María Teresa Arraigada, pasó su infancia entre Huincul y Allen y su adolescencia y juventud en Mariano Moreno. Luego se radicó definitivamente en Neuquén capital.
Ya de chico insinuaba delante de sus compañeros en la escuela y de las maestras sus magicos dotes literarios que, de cuna, parecía traer. Su primer poema lo escribió a los 7 años en el pizarrón del aula, el cual, como homenaje y devoción, nunca será borrado, dado que sus maestras pusieron un vidrio delante de la madera verde y así permanece en el colegio. A los 10 años, un pibe total, le empezó a dar vida a los primeros acordes de una de sus tantas melodías.
Ya de joven pintando pa’ adulto, ingreso en la banda del Ejercito, pero luego se retiró. Desde entonces comenzó su etapa más prolífica, con poesías y canciones que reflejaron la realidad de la tierra, de la gente y de las costumbres de la región.
Don Berbel, supo cultivar una visión humilde y cercana que apasiono a propios y ajenos. Traducia esa imagen en sus obras, su forma de ser, su estilo de vida. Entre muchas cosas, podemos citar que estuvo en el festival de Cosquin, trabajó junto a artistas de la talla de José Larralde, Argentino Luna, Naldo Labrín, entre otros, y en el 2000 compartió junto a León Gieco el escenario, lo cual significaria uno de los mayores hitos de su carrera. Alli Leon interpretaria “El embudo” uno de los mayores logros musicales de Berbel. Le supo poner música a obras de grandes poetas, como Canción de los amantes muertos y Un pedazo de amor, de Pablo Neruda. Y, como orgullo, podemos decir que el himno neuquino, Neuquén Trabún Mapu, lleva su música como estandarte cuyano.
Fue tal la creatividad artistica de don Marcelo Berbel que tanto el Neuquén como la Patagonia toda son reconocidos a través de su producción poética y musical.
Contaba en sus letras: “Yo hablo con lenguaje sencillo, la gente tiene hambre de otras cosas y esas cosas están en el sur; busca verdades y el sur es verdad: el viento, las montañas, los caminos… es verdad, nada está desfigurado por la publicidad o por el canto, es así”. Estos versos y muchos más fueron dando lugar a esa serie de exteriorizaciones que quedaron marcadas en libros, lugares o entidades.
A lo largo de su vida compuso alrededor de 2.000 temas, entre los que se destacan La Pasto Verde, Rogativa del Loncomeo, etc.
Gran poeta. Gran defensor de su patria, a través de la lirica, la musica y la poesia. Un 8 de septiembre de 2005, a los 78 años, fallecio debido a una infección pulmonar que venia aquejándolo. Pero nosotros, y para nosotros, siempre nos quedara el grato recuerdo de su vida, su memoria, y su legado fructifero de una vida humilde, trabajadora, y servicial.