Don Buenaventura Luna, un amante leal de la música. Fue ovacionado por sus maravillosas y apasionadas obras, que despiertan en todos sensaciones innumerables. Fue una persona respetada y muy admirada en el ámbito de la política, como así también en su desempeño como periodista.
Cabe destacar su humildad y su fuerte lucha por mantener vivo el saber popular. La valoración por la vida y su entusiasmo por lograr aprehender todo lo bueno que la vida puede otorgarnos.
Eusebio Jesús Dojorti, así se llamaba nuestro destacado Buenaventura Luna, nació el 19 de enero de 1906, en Huaco, departamento de Jáchal, en la provincia de San Juan.
Se distinguió redactando en diversos periódicos, como lo son el diario “La Reforma” y diario “La Montaña”; donde Don Luna se encargaba de difundir el pensamiento de la oposición al gobierno.
Su interesante lema era: “Aprenda como si fuera a vivir siempre, viva como si fuera a morir mañana”. Así como esta frase tan cierta, existen otras muy profundas que el autor nos ha legado y que podemos ver impresas también en sus canciones.
Escribió varias zambas y canciones célebres, compartiendo la autoría en: Este camino que va (con Atahualpa Yupanqui), Por qué será que parece, Zamba de las Tolderías (con Oscar Valles y Fernando Portal), Puentecito de mi río –vals-, Tuna Tunita -gato-, De pago en pago -canción- (con Tormo y Canales), El carrerito -tonada- (con Fernando Portal), Copla de ausencia -zamba- (con E Falú), siendo de su exclusiva autoría: Quiero volver, Aquí, Canto Final, Vallecito, entre otras.
Don Luna, fue productor y director de diversos grupos musicales. Creó La Tropilla de Huachi Pampa, un reconocido grupo musical integrado por: Antonio Tormo, Diego Canale, Remberto Narváez, Zarco Alejo (José Castorina) y José Samuel Báez; y Eduardo Falú y Las Guitarras de Alfonso y Zabala, conjunto que conociera el éxito a fines de los años ´30 y durante la década del ´40.
Resulta hasta increíble quizás descubrir que él no sabía leer música y mucho menos tocar algún instrumento. Pero aún así, su música fue difundida por una gran variedad de artistas que han acompañado sus acordes, entre quienes podemos mencionar por ejemplo a Mercedes Sosa, Los Fronterizos, Hugo del Carril, Los Chalchaleros y muchos más.
Si bien este hombre tan destacado falleció en Buenos Aires, se cumplió su voluntad cuando un año más tarde de aquel 29 de julio de 1955 sus restos fueron llevados a su Huaco natal. En ese lugar, en vida fuente de su inspiración, lo encontramos al pie de un algarrobo en compañía de visitantes que siguen recordándolo en canciones interpretadas por ellos como signo del gran respeto y admiración que sienten por Don Buenaventura Luna. Si uno los observa se dará cuenta del amor y honra que les brota por él, quien amó y honró mediante la música y su vida nuestras raíces, tradiciones y con esto, nuestra Patria.