EL GRITO MADURO
Ella me dijo ayer...
Desde el dolor-amor puesto en su pecho;
Desde el amor-dolor agrietando su cuerpo
Ella me dijo ayer:
"Quiero gritar tu nombre
que en suspiros se me escapa
Quiero marcar el rumbo
del nacimiento primero...
El del amor...
El del encuentro...
De verdad un nombre...
De verdad un cuerpo.
Quiero gritar tu nombre
que se reparta hacia los cuatro vientos
quiero abrigar tu pecho
con el poncho moreno de mis besos...
Quiero gritar tu nombre
razón de mi silencio...
¡Quiero gritar tu nombre!
...Amor... Ya tengo dueño...
Eso nomás me dijo, pero me dijo más
por la grieta de luz de su silencio.
Yo, como un eco de su grito maduro, repetía:
...Amor... Ya tengo dueño...
Y amarraba a los vientos del suspiro y el tiempo
esta zamba de luz, de su silencio.
Quiero gritar el nombre
de aquel árbol que me creció en la piel
y aunque mi voz se calle
se muestra por mi talle no lo puedo esconder.
Quiero gritar el nombre
de aquel río que se volvió cantor
lamiendo las barrancas,
las curvas y las playas de mi cauce de amor.
Quiero gritar el nombre
del labriego que me sembró la piel
y en mi melga escondida
reventaba semillas mi promesa de mies
Quiero gritar el nombre
del melero que se llevó mi miel
y el tronco de mis penas
tiene una grieta nueva no la puedo esconder.
Quiero gritar el nombre, del hombre
que maduró sin soles mi razón de mujer.
Vencido mi misterio
la luz de mis secretos serán semilla de él.
Sus manos... sus ternuras...
Crecen en mí cintura soy un pedazo de él