PARACHÚNTAJ
Napasmi llajtaypi paran,
napasmi sacha cusicun,
nama tucuima causarin,
nami imapaschu llaquicun.
Napasmi sacha sisancka,
napasmi suri ‘runtoncka,
nama uyuaspami huachancka,
napasmi múchuy anchoncka.
Tackopasmi mishtolpasmi
mana unas pockonckancu,
nami tucuima mirancka,
nami mícuy pishenckachu.
Tucuymami suj uyáyoj:
llaquiymanta cúsiy cajman,
parachus uyan maillapus
lláquiyp mapanta pichanman.
¡Parachúntaj! ¡Parachúntaj!
Yacu mishquita upianáypaj;
apiyta, ashpa mancaypi,
para yacúan yanunáypaj.
¡Parachúntaj! ¡Parachúntaj!
Uyuaipas huirayanánpaj;
canca huira micusckayta
api ‘rúpaj ñitinánpaj.
Saraytapasmi tarpúsaj,
chácray racútaj huiñancka;
huamajta choclonta micus
saranta huackaychanáypaj.
¡Huata mósoj! ¡Huata mósoj!
Múchuy cacharicuchúntaj.
¡Cúsiy cachun! ¡Llámcay cachun!
¡Parachúntaj! ¡Parachúntaj!
¡QUE LLUEVA!
Se dio la lluvia en mi pago,
el monte a alegrarse empieza;
todo a adquirir fortaleza
y a resurgir renovado
y a quedar desdibujado
el rostro de la tristeza.
La floración de los montes
ya vendrá con su renuevo,
y el avestruz pondrá huevos
y el ganado en parición,
traerán la disipación
de la carestía, mas luego.
La algarroba y el mishtol
ya pronto han de madurar;
lo demás producirá
dentro de poco también,
y el alimento y sostén
dejarán ya de escasear.
Tiene todo ya otro aspecto,
que con ventaja ha cambiado:
de lo que fue marchitado,
pasando a lucir lozano,
cual si la lluvia lavando,
limpiara lo demacrado.
¡Que sea la lluvia, que llueva!
Y que mi placer socorra
bebiendo el agua que corra
con la lluvia generosa
y en mi olla de barro hermosa
cocine mi mazamorra.
¡Que llueva! ¡Pues sí, que llueva!
Y que en los campos sonrientes
el ganado que apaciente
me brinde gordos asados,
y quede más regalado
con mazamorra caliente.
Sembraré también mi maíz,
que con vigor crecerá
y dadivoso dará
primacía de choclo en breve,
y cuando a maduro llegue,
tendré maíz para guardar.
¡Albricias! ¡Pues sí, albricias!
La crisis fugue y no vuelva,
y en el campo en que devuelva,
sea el trabajo, sea el contento,
y para triunfo y aliento,
¡que llueva! ¡Pues sí, que llueva!
Letra: Vicente Javier Salto Taboada – Música: Guillermo Antonio Orellana.