Por Crístian Ramón Verduc
17/11/2020
“¡Qué bien salta ese jinete!”

Comentó un asistente a una competencia de equitación. La persona que estaba al lado, quien había invitado a esa amistad a conocer el mundo del hipismo en la especialidad salto ecuestre, agregó que en ese caso se trataba de uno de los mejores jinetes de nuestro país. Otra persona también elogió al jinete, que había conseguido completar el circuito en menos tiempo que todo el resto de competidores y pasando limpiamente los obstáculos.

Una vez pasada la competencia, el grupo esperaba al jinete en el lugar de reunión social preparado para esas ocasiones. Querían presentar el héroe de la tarde al nuevo integrante del club. Una vez presentados, la nueva incorporación del grupo preguntó al jinete sobre su tardanza para venir al agasajo, a lo que recibió como respuesta que estaba ocupándose del bienestar del héroe de la jornada; por las dudas, aclaró: “Es mi caballo; sin caballo no hay jinete”. Comenzó entonces una amable discusión sobre quién era más importante: Si el jinete o el caballo, discusión que terminó cuando el jinete sentenció: “Es un trabajo de equipo, en el que sobresalen el caballo y el jinete por igual, pero en el equipo hay muchos integrantes, todos muy importantes”.   

“Aramos, dijo el mosquito”, sentenció un recién llegado a la actividad cuando escuchó a un timonel que decía: “No ha sido fácil, pero hemos ganado bien”. Un recién llegado no podía entender cómo un hombrecito que solamente había paseado sentado en la popa de la embarcación, podía estar incluyéndose en el logro del grupo de musculosos hombres que había puesto el esfuerzo, remando con entusiasmo durante toda la carrera. 

En esta ocasión, también fue necesario que alguien le explicase al nuevo cuál es la función del timonel en un equipo de remo: Las competencias de remo entre grupos de cuatro u ocho integrantes son muy interesantes; es un hermoso espectáculo el ver a los remeros deslizarse en el agua sobre un bote que es difícil de distinguir desde la orilla, pues la embarcación tiene un tamaño con las medidas apenas necesarias para mantenerse a flote y cumplir con los reglamentos. Parecería que los remeros van sentados sobre una tabla flotante. 

Todos los remeros van sentados de espalda al rumbo de la embarcación y cada uno mueve un remo, la mitad del equipo rema por la izquierda y la otra mitad por la derecha. De frente a todos los remeros y mirando hacia donde el bote se dirige, va sentado el timonel, la persona que sin agregar mucho peso al bote, va a indicar cómo dirigir el esfuerzo, a fin de no perder el rumbo en las rectas y poder tomar los giros del modo más ventajoso. Para esta función dentro del grupo, hace falta una persona con experiencia, carácter y buenos reflejos para dar las órdenes precisas en momentos críticos. Además, lo ideal es que el timonel sea de cuerpo liviano.    

El trabajo en equipo es el adecuado para lograr buenos resultados. En un equipo bien constituido, todos sus integrantes son importantes, pues toda tarea es importante dentro de un equipo. Es fundamental que cada integrante de un equipo sepa cuál es su función y la cumpla de la mejor manera, procurando a la vez que su rendimiento sea cada vez mejor. 

En las actividades cotidianas hay ejemplos de sobra para entender cómo funciona un equipo. En el fútbol, si todos corren por detrás de la pelota, el resultado será desastroso, por eso es que los equipos son estructurados de tal modo que cada jugador pueda rendir al máximo según sus aptitudes para atacar, defender, correr, dar pases o atajar en el arco. 

Hay otros integrantes del equipo que no son menos importantes y están fuera del campo de juego. Está el técnico, una persona con experiencia, que ya jugó bastante en su vida y que pone la visión desde fuera de la cancha para indicar la estrategia del juego. Está el preparador físico que no sólo se ocupará de mejorar la condición física de cada jugador durante la semana, sino que durante el juego indicará al director técnico quién debe ser reemplazado por cansancio. No menos importantes son el utilero, que se encarga del mantenimiento de los elementos que usarán los jugadores, el aguatero, que asistirá a cada uno de ellos con la provisión de agua en el momento preciso, el masajista, imprescindible en ciertos momentos del juego y muy necesario durante la semana.  

Podemos tomar cualquier actividad grupal de las muchas que encontramos andando por la vida en relación con otra gente, y vamos a comprobar que todo grupo humano dedicado a una tarea específica depende de todos y cada uno de sus integrantes, por lo que cada uno de ellos deberá poner lo mejor de sí mismo para el buen funcionamiento de todo el conjunto. 

Hay grupos humanos que están dedicados a lograr el triunfo de una persona, como ocurre en las carreras de automóviles, de motocicletas o de bicicletas, en las pruebas de atletismo, en el boxeo, en el canto solista, en las competencias políticas para acceder a un importante cargo público, etc. En todos esos casos y otros similares, hay alguien que es la figura estelar, la que parece ir batallando sola contra las vicisitudes, pero hay también un grupo humano que facilita las cosas para lograr entre todos los componentes del equipo, el triunfo de esa persona que parece luchar sola. 

Un estudiante que pretende obtener un logro académico, tendrá más posibilidades si además de su propio esfuerzo y talento, tiene el acompañamiento de su familia.  

La coordinación en el grupo y la buena voluntad puesta por cada uno es fundamental. Dos personas trabajando en forma coordinada, rinden por tres o cuatro individualidades, mientras que dos personas que se estorban entre sí, tienen un rendimiento menor al de dos individualidades y a veces rinden menos que un individuo. 
Hay muchos logros por alcanzar en la vida. Será mejor obtenerlos juntos, unidos.  

17 de Noviembre de 2.020.

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